Archive for abril 2012

VIVIENDO EN LA VIDA REAL

Quiero contar muchas cosas que me duelen. Lástima que estos sucesos sean los que nos impulsen a escribir…

Ya hace mucho venía yo pensando en lo difícil que era recordar tantas claves: la del correo, la de la alarma, la de la tarjeta 1, 2 y 3; la clave de la caja fuerte, del candado… tantos números en la cabeza, tantos miedos y paranoias… Que pereza vivir así! Que pereza, pero que tan tristemente necesario… 

Amo mi ciudad pero no puedo defenderla. No puedo decir que no pasan cosas, ni que estamos mejorando, cuando desafortunadamente al contar mi anécdota, todos a mi alrededor tienen algo que contar… De la llamada millonaria, del paseo millonario, del atraco, del robo, de la violencia, el terror y la tristeza, que miramos a través de las pantallas todos los días, sin falta… y bueno… que luego vemos frente a frente y no podemos ni creer. Así fue mi anécdota y sucedió el sábado cuando íbamos para Antioquia a un matrimonio. Yo no soy una persona de muchas extravagancias… pero lo que tengo está lleno de valor y significado para mí… y por un segundo llegué a sentir mucha rabia hacia estos señores, que desde la ventanilla del carro nos amenzaban con una pistola para que le entregáramos todo lo que teníamos, con gritos, con órdenes, pero también con miedo, porque seguramente sus corazones se levantan y se acuestan con miedo todos los días y las noches de sus vidas. 

Yo no sé porqué fui invisible para ellos y logré esconder mis anillitos de matrimonio, mi cartera, todo… Con el dolor en el alma fueron nuestros amigos, que iban atrás quienes entregaron casi todo… por fortuna solo objetos… y empieza uno a agradecer que no haya sido nada más, cosas que pueden reponerse… agradeciendo también que algunas de las cosas estaban aseguradas porque cuando vives en una ciudad así, toca tener un seguro todo riesgo, Qué dolor! Pero como venía diciendo, hay cosas que tienen demasiado significado para uno, y por eso uno se las pone a diario y no piensa que esto puede pasar de verdad… En fin, esto pasó, y fue un día más (muy desafortunado), pero lo superamos y lo entendimos como algo que no podíamos evitar, llamando a decir que estábamos bien, que era lo más importante…

Hoy, dos días después es el día sin carro en Medellín. Por mi ventana hay mucho silencio, pero oigo algunas motos pasar… Este día que me ha gustado tanto en los últimos años, me sorprende con un sentimiento desconocido para mí: el miedo (y la paranoia). Camino por las calles, mirando para todos los lados, respirando, rezando, deseando que no haya nadie «malo» por ahí. Antes de salir reviso que no tenga nada de valor, y escondo el celular donde nadie pueda verlo. MI corazón se niega a vivir asustada, pero ya sé que de verdad tenemos que cuidarnos más de lo que creía. Todo el mundo tiene sus fórmulas, algunos me dicen que deje las tarjetas siempre en la casa, otros, que debemos salir sin cartera, otra amiga que siempre ha sido la más precabida me dirá que no me ponga más mi anillo de matrimonio… Uno puede hacer muchas cosas para que esto no vuelva a pasar, y una de ellas es encerrarse más, no volver a hacer ejercicio al aire libre, no salir hasta tarde en las noches, no coger taxi, no dejar las mochilas a la vista cuando vamos de paseo, usar solo joyitas plásticas… y bueno, también podríamos andar en carros blindados… Pero saben? creo que no es el punto, que vivir con miedo es asqueroso, que hay algo urgente que tiene que cambiar.

Aún tengo pendiente contar la linda experiencia que vivimos en Bogotá en la certificación de Yoga para niños, pero por ahora puedo recordar una enseñaza lindísima que nos dejó Paola García la profesora de curso… Ella hablaba del supuesto fin del mundo que sucederá este mismo año, y nos recordaba que por fuera nada iba a cambiar, que no habría una explosión gigante ni un Tsunami arrasador… Que esta era una época de cambio de consciencia, porque el mundo como está sencillamente no se puede sostener… Porque la condición humana se ha dejado llevar de sus instintos y a la gente no le importa cuánto dolor causa a su paso, mientras se llena de riqueza y supuesto bienestar, porque se nos olvidó que todo hay que lucharlo (y esas son las verdaderas satisfacciones de la vida) y ya queremos la varita mágica, la mina de oro, la tarjeta con cupo ilimitado… y tantas cosas más…. Es muy seductor verdad? Yo también me dejo seducir a menudo y luego me pregunto entonces qué diferencia tengo con estos señores que quisieron con su pistola y en 20 segundos ganarse lo que cualquier persona muy afortunada en un mes de trabajo se puede ganar. Siento que el cambio de consciencia tiene que ser en todos los niveles y tiene que ser ya… 

Porque mi primer pensamiento fue: yo no quiero vivir en este país más…! Pero creo que sucede en todas las partes donde los seres humanos pongan un paso… y que no podemos escaparnos de la realidad.  Y también pensé en el karma, en que esto es algo que teníamos que vivir y que ya pasó, y nada más…

No sé si exista la respuesta correcta o si alguna vez lleguemos a entender. Me voy a mi clase de yoga, coincidencialmente a celebrar el día de la tierra con 108 saludos al sol, deseando que yo misma entienda que tenemos que evolucionar y deseando que con la vida que escogí esté aportando algo a este mundo. Es mi intención de hoy…

Nada más…